Edificios de acceso sin contacto

Las nuevas restricciones y necesidades introducidas en la sociedad por el COVID-19 han obligado a muchos arquitectos y diseñadores a replantearse y reinventar el entorno arquitectónico. El resultado ha sido cada vez más oficinas diseñados para minimizar el contacto, optimizar el flujo de aire fresco y gestionar el tráfico de personas de forma más eficiente, de esta manera han surgido los edificios de acceso sin contacto.

La epidemia de COVID-19 no fue la primera vez que un acontecimiento mundial nos ayudó a redefinir las prioridades del diseño de nuestros hogares, oficinas y ciudades, y tampoco será la última.

En un mundo en el que los cambios pueden producirse de forma brusca y rápida, mantener una mentalidad flexible y actuar con rapidez para adaptarse al cambio es el único método para que nuestras sociedades avancen.

En términos de entorno construido, esto es posible con la construcción ágil.

¿Qué es la construcción ágil?

La construcción ágil es un término que engloba diferentes métodos que pueden responder y adaptarse rápidamente a los cambios en las necesidades de diseño y las entregas. El enfoque “ágil” no es exclusivo de la construcción, y se está convirtiendo en un estilo de gestión de proyectos más omnipresente en otros sectores como el farmacéutico, el de la ingeniería o el de la automoción, entre otros.

La clave de un proyecto de construcción ágil es la adaptación y colaboración continuas en cada fase de la construcción. En lugar de seguir un flujo de trabajo lineal conocido como “cascada”, la construcción ágil se adapta en el camino, sin un plan fijo.

Aunque la unión de las palabras “ágil” y “construcción” pueda parecer una paradoja, el avance de las tecnologías y el software de construcción digital la convierten en una realidad.

Aunque muchos edificios nuevos se construyen con esta metodología, también es posible aplicar la filosofía de la construcción ágil para readaptar o mejorar cualquier proyecto ya realizado.

¿Cuáles son las ventajas de la construcción ágil?

Especialmente en tiempos de inseguridad y cambios rápidos, la construcción ágil puede aumentar la precisión y la rentabilidad de los proyectos. También ayuda a los arquitectos a cumplir con las necesidades.

Permite dividir los proyectos complejos en subproyectos más manejables, reduciendo los riesgos de gestión. Esta división aporta una visión más precisa en cuanto a la estimación de costes y necesidades de los proyectos de construcción.

Dado que la construcción ágil se basa en la flexibilidad y se ajusta continuamente a la retroalimentación, elimina la desviación del objetivo, un problema que afecta a la mayoría de los proyectos de construcción y los hace menos rentables.

El edificio de acceso sin contacto, unas oficinas en Barcelona (España)

Como responsables de 700 proyectos en todo el mundo, el estudio de arquitectura ABAA Arquitectura con sede en Barcelona, es muy consciente de los retos que plantean las exigencias y los requisitos en constante evolución de los edificios del siglo XXI, especialmente tras la crisis sanitaria mundial.

Precisamente por eso, el estudio y el propietario del edificio, Valquimir Business, decidieron que era hora de actualizar el diseño de sus oficinas para reflejar las necesidades y complejidades de nuestro tiempo: un edificio de acceso sin contacto.

Puertas, pasillos y ascensores sin contacto

Para lograr la difícil tarea de transformar una oficina convencional en un edificio de acceso sin contacto, los directores de proyecto de Niceday arquitectura y ABAA Arquitectura tuvieron que seguir un enfoque holístico.

Como las puertas suelen ser uno de los elementos que más se tocan en los espacios públicos, empezaron por optimizar un sistema de entrada seguro y sin contacto. Instalaron puertas correderas automáticas en la entrada principal.

¿Qué se siente al estar dentro de un edificio donde no se tocan las superficies?

Una vez en el vestíbulo del edificio, los visitantes pasan por los pasillos de sensores con una tarjeta RFID o una aplicación móvil, que puede delimitar y dar acceso a cada persona.

Los pulsadores sin contacto permiten a los visitantes salir de las salas, sólo al pasar la mano por delante del sensor, incluyendo zonas como los baños o el aparcamiento.

Además, el nuevo diseño, que ha obtenido los certificados LEED y WELL, se beneficia ahora de sensores inteligentes que controlan y optimizan la calidad del aire en el edificio, asegurándose siempre de que sea fresco.